Suzuki ha logrado una concepción similar a un sinónimo de motocicleta, gracias a su arraigo cultural en nuestro país. Y en muchas partes del mundo.
Con una presencia de marca de más de 60 años, Suzuki ha motorizado a la sociedad guatemalteca. Sin embargo, sería impreciso enfocarse únicamente en el transporte, porque Suzuki Guatemala ha sido un actor solidario en los momentos más críticos de la historia enmarcada en esas seis últimas décadas.
Algunos conocedores de la historia indican que, seguramente, el primer modelo exitoso de Suzuki en Guatemala fue la Colleda 125 SH, cuyo motor de lubricación directa, también conocido como “de 2 tiempos”, permitía recorrer más de 260 kilómetros por galón de gasolina.
Luego vinieron una serie de modelos caracterizados por la materialización de la filosofía de Suzuki: “Productos buenos, duraderos y de tecnología comprobada, a precio justo.”
Sin dejar por un lado la orientación hacia la mejora de la calidad de vida del motorista, tanto por la calidad a toda prueba, la prolongada duración de vida de uso, el enfoque en la seguridad, entre otras.
El soporte técnico postventa, la disposición de un amplio inventario de repuestos, la guía para mantener la moto o reparar y el extenso sentido de responsabilidad para los clientes, han edificado relaciones prolongadas y firmes de los motoristas con Suzuki Guatemala.
Es así que, en muchos estudios de mercado, los clientes de motos Suzuki han expresado: “Son motos que valen más que lo que cuestan”, “Cada quetzal ha sido bien invertido”, “Suzuki me ha solventado muchas cosas de mi vida…” y muchas más positivas percepciones positivas.
Y cuando la población ha demanda el apoyo de Suzuki Guatemala, antes de pedir una ayuda, la empresa ha estado allí, brindando una mano amiga, tanto en lo material como en lo solidario.
El resultado es que Suzuki es parte de nuestro vocabulario, de nuestras actividades cotidianas, referencia de calidad, parte de nuestro mapa de vida y una primera opción cuando de motos se trata.
