
Manejar moto es una actividad con un fuerte componente emocional, sin embargo, la presencia del análisis racional puede ser la diferencia vital.
Se dice que la persona valiente observa, analiza, valora y actúa en consecuencia, incluso cuando su instinto parece dictarle actuar de otra forma. Por ejemplo, si manejo de noche, una moto con una luz frontal que solo me da unos 40 metros de profundidad de campo visual.
El valiente manejará a una velocidad máxima que le permita la holgura de maniobrar ante una situación inesperada, frenar y hasta detenerse completamente. Eso sería, incluso en una carretera de frecuente uso.
El temerario irá a gran velocidad, pensando que no habrá ningún obstáculo y que, si lo hubiera, él es tan capaz de solventarlo que lo podrá esquivar, aunque nunca haya puesto a prueba sus habilidades.
Otro ejemplo es la maniobra brusca ante un automóvil.
El valiente considerará que él y su moto pesan unos 180 kilogramos, mientras un carro citadino pequeño, ronda los 1,100 kilogramos, es decir, unas 6 veces más. Esto tendrá un efecto directo en la capacidad de frenado de cada uno de los vehículos, expresado en distancia y tiempo de desaceleración total. Luego de ese análisis, seguramente, manejaría con márgenes adecuados para mantener su integridad física.
Por su lado, el temerario manejará dejándole la responsabilidad al otro vehículo, seguramente, pensará que el otro tiene que frenar y que, si no es así, tendrá un serio problema legal. Sin embargo, desestima los daños materiales y humanos inherentes en un incidente, así como la damnificación física de los implicados, lo cual, literalmente, no tiene precios.
Los motoristas Suzuki saben que sus máquinas responden muy bien en cualquier situación, pero también saben que la física está presente, por lo que, la frecuencia de incidentes y accidentes es considerablemente baja en las motos de la marca, lo cual también se debe a la madurez e inteligencia emocional de sus conductores.
Ahora bien, hay otros actores en el tránsito, siendo la prudencia y la inteligencia, los mejores acompañantes de los valientes.