A mediados del siglo pasado, el mercado de motocicletas de Guatemala era dominada por marcas de origen europeo y norteamericano, producto del resurgimiento posterior a la Segunda Guerra Mundial.
Mientras tanto, se gestaba el Milagro Industrial Japonés. Suzuki era una empresa industrial fundada en 1909. Su reorientación quedó marcada con la presentación de su primer vehículo en junio de1952: la bicicleta motorizada Power Fire de 36 cc. Tres años después, apareció su primera motocicleta, llamada Colleda.
La emergente Suzuki, con solo 9 años de participación en el sector de motocicletas, llegó a Guatemala en 1961. Su primera sala de ventas se ubicaba en frente al Parque Colón, contando con solo 4 colaboradores. En un ambiente dominado por marcas de prestigio, la apuesta por la calidad japonesa propia de emprendedores con gran entrega a sus ideas y la mayor disposición por hacerlas parte de su éxito.
Uno de los aciertos empresariales de Suzuki Guatemala, S.A. fue inaugurar la venta conjuntamente con el departamento de repuestos y el apoyo de un taller de mantenimiento. Se puede asegurar que, desde su nacimiento mismo, Suzuki Guatemala ha tenido un serio enfoque de satisfacción al cliente con certeza de su inversión y soporte postventa.
Un año después, se abren tiendas en el interior del país acorde a una estrategia de ventas con presencia en ciudades con fuerte participación en el sector agroindustrial guatemalteco. Posteriormente, su distribución creció hasta tener cobertura nacional así como una red de talleres propios e independientes capaces de dar mantenimiento y realizar reparaciones, prácticamente, en cualquier poblado del país.
Más allá de la comercialización de motocicletas, Suzuki Guatemala, S.A. es un ente socialmente participativo, referente de las buenas prácticas empresariales, líder del sector, pionero en la venta de vehículos con tecnología de comprobada utilidad y ejemplo de responsabilidad social empresarial.
A más de 60 años de presencia en Guatemala, Suzuki es parte de la vida de millones de guatemaltecos, tanto así que, es parte del lenguaje cotidiano, incluso como una cinta de referencia de calidad, economía, duración y buena compra.