Poseer una motocicleta Suzuki es un ciclo virtuoso:
• Solo hay una ocasión de dar una primera impresión. Al ver una motocicleta Suzuki, su diseño exterior encanta, anima a apreciarla y a desear manejarla.
• Conocerla es quererla. Ya sea que algún amigo permite manejarla en una vuelta a la manzana, o se hace una Prueba de Manejo en una sala de ventas de Suzuki, es una experiencia de marca capaz de motivar a adoptarla como medio de transporte personal.
• La correcta decisión. Cientos de miles de motos circulando en el país son testimonio real y directo de la preferencia en favor de Suzuki.
• Al alcance. Tanto el precio como los pagos de cuotas, son adecuados para quien busca un transporte cómodo, seguro, confiable y económico.
• Vale más de lo que cuesta. Rápidamente, el nuevo conductor de Suzuki percibe el valor de su moto, mucho más alto que lo pagado por ella.
• Ser parte del grupo. Pertenecer al grupo de motoristas avisados, astutos e inteligentes decantados por una Suzuki. Una legión de gente lista y hábil para hacer negocios.
• Cada kilómetro es adorable. Gracias a la economía en el consumo, bajo precio de mantenimiento regular, mínimas o ausencia de reparaciones, hacen de cada recorrido aprovechamiento del tiempo a un costo más bajo que el esperado.
• Llegó para quedarse. Por su calidad, el tiempo de uso de la moto Suzuki es muy amplio. Generalmente, antes de quererla vender, alguien le dirá que le dé primera opción de compra cuando se decida por otra Suzuki,
• Si amas algo, déjalo ir… Y, seguramente comprará otra Suzuki porque los miles de clientes satisfechos han escogido su moto como parte de su día a día.
• Y de nuevo me asombraré. Al manejar su nueva Suzuki, como continuación de la experiencia de marca, volverá a sombrarse, y a encantarse de la moto preferida por cientos de miles de guatemaltecos.
En 10 sencillos pasos se expresa algunas de las razones por las cuales, Suzuki es parte de nuestra cultura, nuestra cotidianidad, nuestro lenguaje y de nuestras vidas. Por eso: Suzuki es la moto.