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Motocross: Emoción y polvo

En 1971, el belga Roger “El Hombre” De Coster se alza con el título mundial de motocross en la categoría de 500 cc, con una Suzuki 400 de 2 tiempos TM Ciclón.

El año siguiente, Suzuki le proveyó de una Suzuki 500 (la menos pesada el mercado). De Coster se alzó con el Campeonato a la mitad de la temporada, gracias a su arrolladora campaña. En 2 temporadas más, 1975 y 1976, De Coster volvió a la parte más alta del podio de ganadores del Campeonato Mundial de Motocross.

Su paisano, Joël Robert hace lo mismo en los Campeonatos Mundiales de 250, en los años 1971, 1972 y 1973. Era el inicio del ciclo estelar de Suzuki en la disciplina.

En 14 años, de 1970 a 1984, Suzuki logró 28 títulos mundiales en distintas categorías de motocross y Supercross.

Durante las décadas de los 80, 90 y 2000, Suzuki se distinguió como la moto más conveniente para hacer motocross, especialmente en Estados Unidos de América y Europa, porque su confiabilidad, duración y tecnología accesible las hacen muy atractivas.

Según datos oficiales, competir con una Suzuki da la oportunidad de estar en el podio, ganar competencias y acumular puntos en los campeonatos, con presupuestos más reducidos que los de sus contrincantes, permitiendo poder participar en más carreras, renovar las motos y hacer el mayor aprovechamiento de la inversión en cada equipo de motocross.

En muchos países de América, Suzuki es la alternativa más interesante para correr en las duras competencias de motocross… y de ese laboratorio polvoriento y emocionante, se genera información para desarrollar motos Suzuki que resistan los duros caminos de nuestros países. Así, emoción y razón se reúnen en un punto: Suzuki.
















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