
Si alguien pasa la mitad de su tiempo laboral como parte de la movilización para llegar e irse del lugar de trabajo, algo no está bien. Un pensamiento sencillo será: en tiempo, le cuesta la mitad de su sueldo poder trabajar.
Pero el asunto no solamente se evalúa en términos de dinero, sino de calidad de vida.
Estrés, desasosiego y desesperación forman el escenario ANTES de llegar al trabajo. Cabe preguntarse: ¿Cómo se va a generar un buen ambiente, si los trabajadores ya llegan alterados al primer minuto de la jornada laboral?
Las grandes sociedades han tomado varios caminos para hacerle frente:
1. Transporte colectivo suficiente, de alta calidad y gran seguridad. Esto requiere grandes inversiones en metro, tranvía o buses. Algunos esfuerzos esporádicos han hecho algunas municipalidades, pero evidentemente, la oferta del servicio no satisface a la demanda en su totalidad. Una solución en esta vía necesita de mucho dinero y tiempo de implementación.
2. Descentralización de operaciones gubernamentales. Esto es una realidad nacional, sin embargo, la dinámica social la ha rebasado y ahora, hay congestionamiento vehicular en muchas ciudades del interior.
3. Construcción de más metros de caminos, carreteras, etc. Definitivamente, este tema es reactivo, por lo tanto, sólo remedia, pero no soluciona completamente.
4. Otros medios de transporte personal: una motocicleta ocupa una tercera parte del espacio de un carro particular, llevando hasta a 6 personas, mientras que el auto lleva, en promedio, a 1.3 personas. La motocicleta accede hasta pocos metros del destino, teniendo amplias opciones de estacionamiento (dentro del respeto de las leyes de tránsito).
Cada kilómetro recorrido por una motocicleta tiene un costo menor al de un carro familiar. Y si se maneja con precaución, dentro de los límites legales, será mucho más gratificante, menos estresante y más agradable que un vehículo de pasajeros.
Si se usa el debido equipo de seguridad (casco en buen estado, rodilleras, coderas, chumpa de protección, guantes, anteojos, etc.), manejar una motocicleta es tan agradable que se llega con buen humor al destino… y desde luego, con más felicidad para hacer bien el trabajo.
Si usted todavía no se ha dado la oportunidad de manejar una motocicleta, pregúntele a un amigo o pariente… seguramente, lo guiarán hacia tomar una buena decisión, acorde a su forma de vida.