Hace algunos años, ver a una mujer manejando una motocicleta era casi insólito. En la mayoría de los casos, se trataba de una scooter o motoneta, vehículo muy práctico para movimientos dentro de la ciudad y, especialmente, para hacer “mandados” en rutas cortas.
La historia más reciente está marcada por los cambios de hábitos. Durante la pandemia, el transporte colectivo dio paso al transporte personal masivo: nos bajamos de los buses y taxis, para subirnos en motos. Esta manera resulta ser más económica, más conveniente y, en aquel momento, evitaba los riesgos por contacto con otras personas.
Ante la nueva situación económica, las madres multiplicaron sus actividades: responsables de los quehaceres de la casa y aportar dinero extra al hogar. Además, cuidar, proteger, amar y educar a los hijos. Y a muchos de sus respectivos esposos, también.
De esa cuenta, surge la madre motorista Suzuki. Esa mujer acostumbrada a los retos cotidianos, que podrían darle los títulos de nutricionista, médico y economista del hogar, ahora también tenía que movilizarse: ir a dejar pedidos, asistir al trabajo, llevar los niños a actividades extracurriculares, etc.
Con un amplio rango de edades, en la actualidad se ve en las calles, a madres motoristas, siendo actoras importantes de la sociedad. En su mayoría, manejan motos Suzuki por su duración y resistencia.
La carta de presentación de economía Suzuki es solo el inicio de un servicio confiable para la madre moderna actual.
Para Suzuki, el 10 de mayo solo es un día especial, porque todos los otros 365 días de 2024, son Día de la Madre. Ellas son ejemplo, inspiración y dignidad para todos los hijos, nietos, esposos y amigos.
