
Inicialmente, los principios básicos de las motonetas se deben a su diseño, que permite sentarse cómodamente, incluso si se viste con elegancia, además de la facilidad de acceder y bajarse del vehículo.
La posición del motor produce un centro de gravedad muy cercano al cuerpo del motorista, lo que se traduce en un manejo intuitivo, natural y sencillo. Mientras la agilidad para maniobrar es producto de la distancia de ejes y el corto diámetro de las llantas.
Así, varias marcas han ofrecido motonetas dentro de su portafolio de producto, sin embargo, pocas han logrado sobrevivir a los vaivenes de la economía, las tendencias de la moda y otras variables.
Así, hace cerca de 25 años, Suzuki lanzó la Burgman, una motoneta de tamaño grande con un motor de 125 centímetros cúbicos. Creada para los ejecutivos jóvenes con vidas activas en la ciudad y carreteras, demandantes de practicidad conveniente en el transporte personal.
El resultado es un producto con una curva de demanda ascendente constante porque sus virtudes responden a los estilos de vida actuales. Debe considerarse que la Burgman 125 entrega diseño, desempeño, seguridad y, sobre todo, confiabilidad propios de Suzuki. Eso se traduce en certeza en la inversión.
Su éxito dio pie al desarrollo de una scooter para jóvenes, con diseño futurista, tecnología de punta, gran rendimiento y, por lo tanto, eficiencia energética expresada en bajo consumo y reducidos niveles de emisión de gases. Se le llamó Avenis.
Con estos 2 modelos con motores de 125 centímetros, cada una se ha posicionado como una referencia cuando de motos citadinas se trata, considerando su amplia diversidad de uso para varios miembros de la familia, desde el jefe de casa hasta los jóvenes hijos. Tanto la Burgman como la Avenis son percibidas como las scooters más convenientes por adultos contemporáneos y veinteañeros con vida activa.